martes, 1 de marzo de 2022

Refugio de Linza-Lac d´Ansabere con esquis de travesía.

 El pasado jueves 24 de febrero me subí a Linza para dar una vuelta con los esquís. Dos días antes había estado con Pablo por la zona realizando la vuelta al Mallo de Lacherito y sabía que había continuidad de nieve por la zona del Barcal de Linza hasta la Collada de Petrachema




Parece mentira que desde la cota 1300 podamos calzarnos los esquís y mantener la continuidad por la zona, pero Linza tiene estas cosas con posibilidades muy interesantes.




Salí hacia la Collada de Petrachema y una vez allí decidiría si subía o no a la cima. Ya me rondaba por la cabeza esquiar el descenso por la vertiente francesa hasta las Cabañas de Ansabere y cuando pasan esas cosas al final uno se lía.




Así que quité pieles y sin mirar a la pala de Petrachema me eche monte abajo. La nieve estaba algo dura al principio, menos que los días anteriores, y en que dejé atrás lo más estrecho del collado, la cosa mejoró mucho. Con la incidencia directa del sol esquié por una nieve crema en su punto.




Al llegar a las Cabañas d´Ansabere la tentación de las suaves laderas que bajan desde el ibón del mismo nombre me tentaron tanto que decidí poner pieles y subir para poderlas esquiar de vuelta.




Llevaba buena hora y la meteo acompañaba pero tampoco era cuestión de perder demasiado tiempo y no disfrutar del punto de la nieve. Así que volví a quitar pieles y, después de echar una foto a mis acompañantes, volví hacia las cabañas en un descenso que me supo a poco.




Mientras colocaba las pieles, sin comerlo ni beberlo me envolvió la niebla. Sin ver ni torta, arranqué siguiendo una huella que había dejado una pareja en su ascenso. En otro lugar no tan conocido, y yendo solo creo que me hubiese entrado algo de preocupación, pero aquí lo traté como un regalo para ascender algo más fresco que si hubiese tenido el sol apretando.




Conforme llegaba al Collado de Petrachema la niebla se fue disipando y volví a ver todo claro. La "boira" se quedaba en el valle de Lescun y hacia Ansó la cosa se mantenía despejada.




El descenso por el Barcal de Linza hasta el Refugio de Linza lo esquié creo que en las mejores condiciones de esta temporada. Con la nieve transformada lo justo para disfrutar de lo lindo.



Un día de lo más entretenido pese a no tener ninguna compañía nada mas que los esquís, con una de las mejores nieves de este invierno tan raro y un recorrido que parte desde el coche, sin porteos con total continuidad y sin salir de casa. ¡Que gozada!