No se muy bien porqué, pero el caso es que se me hizo bastante tarde. No me quedaba otra que no entretenerme ni por la carretera ni por la pista del Vedau recién planchada por la máquina. Si llegaba a las ocho a la Borda Cheso y las trochas de bajada hasta el Barranco de Capité, junto a la Borda Techinero, estaban abiertas, aún me daría tiempo de completar la circular.
Atrás dejé la opción de bajar por la Borda Botero siguiendo el GR entre Hecho y Ansó, viendo que no iba mal.
A las ocho en punto llegué a la Borda Cheso, entrando así, en los márgenes que me había propuesto. Tenía la opción de bajar por el camino del Cerro Capité que une Ansó con la Punta del Raso, pero lo que pretendía era bajar por las trochas que se estaban recuperando.
En el arranque de la trocha, por la que ya había pasado la máquina, había una cuerda cruzada con una cinta que me hacía pensar que quizá no estuviesen los trabajos terminados y no pudiese enlazar hasta la Loma de Chunillas para desde allí bajar hasta Ansó por terreno limpio. Tras unos momentos de duda, decidí echarme hacia abajo y probar. Siempre quedaba la opción de remontar por la pendiente trocha con la bici al hombro y bajar por el camino o, si quedaba muy poco, asumir unos cuantos arañazos en las piernas y salir a la Loma Chunillas a la brava.
La recuperación de esta trocha corresponde a la ruta número cuatro, que se realiza en sentido contrario al que yo lo estaba realizando. Para gustos colores, pero yo me atrevo a contradecir a los expertos diseñadores de la ruta y recomendar el sentido realizado, por la experiencia de pedalear por estos montes y por el número de embarcadas en las que me he metido por aquí. No me convence remontar por estas pendientes en las que hay que arrastrar la bici y después bajar por asfalto siete kilómetros hasta Ansó. No obstante, para los que quieran probarse por estas subidas y no quieran recorrer tanto asfalto, recomiendo bajar por Romendía, que aunque no esté tan limpio como estos tramos recién abiertos, si que es una trocha ciclable y evita prácticamente todo el puerto por carretera, dando una recompensa algo más entretenida que la bajada completa por asfalto.
Tuve suerte y la bajada hasta el Barranco de Capité estaba terminada. Resulta el tramo más entretenido de todo el recorrido por su fuerte pendiente, que se salva sin ninguna dificultad por encontrarse la trocha recién planchada por la máquina. Una pequeña remontada me colocó en la Loma de Chunillas, donde se enlaza con la ruta número cinco que viene del Socalá y que también se está arreglando (no se si se habrá terminado, pero tampoco me daba tiempo de comprobarlo).
Una rápida bajada hasta la carretera de Ansó a Zuriza, junto al pueblo, me permitió completar la ruta, que no era desconocida, pero de la que no se podía disfrutar hacía ya unos cuantos años.
Otra gran ruta que disfruto en e-bike,gracias.
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