Cogimos el GR en dirección al Collado de Petraficha como el otro día, pero esta vez sin la incertidumbre y la amenaza de tormenta, que nos permitía seguir tranquilos hacia nuestro objetivo sin pensar en la aplicación del "plan B".
El aire fresco que soplaba nos permitía ascender sin quitarnos la chaqueta, no estábamos pasando calor y eso que la orientación de la zona es proclive a que esto ocurra.
Con alguna que otra mirada hacia atrás reconocíamos la trazada que realizamos en el "plan B" del otro día y Elia comentaba contenta que de no ser por la amenaza de tormenta no hubiese conocido la zona y, "total ahora ya estamos por aquí otra vez subiendo hacia el Collado de Petraficha recorriendo más monte nuevo"
Justo al llegar al Collado de Petraficha, en reacción bastante habitual, Elia echa a correr para ver cuanto antes lo que hay al otro lado del collado. Siempre resulta sorprendente y agradable lo que se ve desde cualquiera de los collados que dividen valles.
Animada por las vistas y por las ganas de ver su campamento desde la punta de Chipeta Alto nos dirigimos hacia la cima sin perder tiempo.
"Ostras veo mi tienda de campaña, y también el Ibón de Lacherito y el Castillo de Acher...¡que ganas tenía de subir a Chipeta!".
Echamos un bocado en la punta mientras disfrutábamos de todo lo que se veía. Aún nos tuvimos que poner algo de abrigo al pararnos y eso que seguíamos con la chaqueta puesta. Mientras comentábamos las posibilidades que teníamos para bajar, Elia decidió que podíamos llegar hasta el Collado de Estriviella ya que los del campamento también subían allí y lo quería conocer. Además podríamos empalmar varias cimas en el recorrido y eso no lo habíamos hecho nunca.
Enseguida llegamos a Sayéstico desde donde se veía Chipeta Alto más parecido a como lo veía desde el campamento, al que no quitaba ojo en ningún momento. El nombre de Sayéstico no lo conocía, se le hacía raro y le costaba aprendérselo. Le comenté que en que pudiera lo escribiera y así seguro que se le quedaba mejor. "¡En cuanto lleguemos al Camping de Zuriza pediré un bolígrafo y lo escribiré!".
Con vistas siempre al Castillo de Acher, aproveché para enseñarle a Elia los mojones que separan los puertos ganaderos de Chipeta Alto y Tortiella. Estos, bien conservados, crean una linea imaginaria que los ganados deben respetar para no invadir el pasto del puerto contiguo y evitar disputas, dejando bien claros los límites de cada puerto.
Tras salvar las puntas de Tortiella y Mazandú solo faltaba llegar al Collado de Estriviella para terminar el diente de sierra que habíamos trazado y comenzar el descenso hacia Tachera.
Elia estaba contenta de llegar al Collado de Estriviella y haber hecho varios picos en la misma jornada.
En el collado nos quitamos la chaqueta por primera vez en todo el día. El caminar por la divisoria y con viento había permitido no pasar nada de calor pese al sol reinante.
Al llegar a la pista de Mazandú, Elia me comentaba que sabía que nos quedaba muy poco para llegar a Tachera, ya que se encontraba en terreno conocido después de haber recorrido mucho monte por, hasta ahora, terreno desconocido. Elia estaba contenta de haber hecho esta circular tan entretenida y le había encantado eso de enlazar varios picos en el mismo día.
Una buena comida en el Camping de Zuriza completaron un día espectacular al nivel de la excursión realizada. Eso sí, le pidió a Clara un bolígrafo para escribir Sayéstico y ver si así se le quedaba en la mente y dejaba de costarle tanto retener ese nombre.
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