El viernes por la tarde comenzó la primera de las sesiones teóricas. Antes, realizamos una presentación del grupo y de los formadores Jon y Txema. Las estadísticas relacionadas con accidentes por nieve, tipos de aludes en los accidentes, orientación de estos, grado de peligro el día del accidente, etc. nos fueron introduciendo en el tema.
Las dos unidades que tratamos durante la tarde fueron: "La nieve y los aludes" y "el auto rescate". Sesión densa en conceptos ya que dentro de la nieve y los aludes hablamos del manto, los tipos de aludes, su desencadenamiento, el tamaño y las posibles situaciones de aludes. Y en el tema del auto rescate temas como el material, comportamiento y la organización fueron su vertebración.
El sábado, temprano había que poner lo visto el día anterior en práctica. Fuimos a Candanchú y con los esquís puestos lo primero que realizamos fue un control de los DVA o ARVA.
Subimos por la Ruta de esquí de montaña de la estación que asciende por la Pista Carabineros y que contaba con una huella bien marcada.
Aunque el objetivo de las prácticas era el tema del auto rescate, por el camino Jon iba aprovechando todo lo que teníamos alrededor para interpretarlo. Trampas del terreno, acumulaciones, pruebas de inestabilidad sobre la marcha, cornisas, dirección del viento,...
El otro grupo que iba con Txema, ya se había situado para realizar las prácticas del día, buscando la caída del Tobazo hacia Rioseta. Nosotros bajamos un poco más y elegimos el nuestro en una buena zona. La búsqueda con los ARVA's dejó claro que algunos como yo tenemos que pensar en renovar el material.
Vimos la importancia de realizar bien el sondeo y el paleo para la correcta localización y extracción de la posible víctima. También la sensación táctil que se tiene en la sonda al localizar diferentes elementos enterrados, el cuerpo, una costra de nieve, la mochila, una bota,...
Tras una jornada con un día espectacular, aprendiendo mucho, disfrutando e incluso bromeando, nos volvimos a encerrar en A Lurte para completar otra tarde de formación teórica.
De nuevo sesión intensa. Los bloques a tratar fueron: "El terreno y Boletín de Peligro de Aludes", "Gestión del Riesgo y Factor Humano" y "Preparación de la Salida".
Del primer bloque vimos la clasificación del terreno de aludes, analizamos el terreno, tratamos de conocer toda la información que nos aporta un BPA a través de su interpretación y vimos como reconocer el peligro "in situ". Del segundo nos centramos en las Técnicas de Gestión del Riesgo determinando una circulación segura y un trazado de rutas seguras tanto en ascenso como en descenso. Y estudiamos las trampas heurísticas, la toma de decisiones y la homeóstasis. En cuanto a la preparación de la salida vimos el metodo 3x3 de Munter, que combinado con el estudio de la previsión meteorológica, el BPA y unos buenos hábitos resultan una buena combinación para la preparación de una salida.
El domingo tocaba poner en práctica lo visto la tarde anterior en la teoría. El lugar elegido fue Astún. Salimos del aparcamiento en dirección al Monte Astún por una cómoda pista.
Las nuevas tecnologías permiten por la zona ver de inmediato el Boletin de Peligro de Aludes de A Lurte a través del móvil, por si a alguien se le olvida mirarlo en casa el día anterior.
En los primeros tramos vamos poniendo en práctica lo visto la tarde anterior. Realmente estamos en un terreno de aludes, la prueba está en los daños en la vegetación, los diques, las purgas, los depósitos, las trampas del terreno,...
Tras una consulta del mapa y una observación de la zona tomamos la decisión en grupo de por donde realizar con seguridad el ascenso, mientras seguimos observando texturas, acumulaciones, cornisas, bocas de ballena,... con las que seguimos recopilando información.
Descendimos en diagonal hacia el collado de Arnousse donde, en una orientación similar al descenso que pensábamos realizar del pico Benou, hicimos un corte en la nieve. Este nos proporcionó información del manto. Distinguimos los tipos de grano con la lupa. Comprobamos los espesores de las capas, la humedad, la dureza,...
Aprovechamos para realizar unos tests. Hicimos uno de compresión para identificar capas débiles y otro de columna extendida para ver la capacidad de propagación de la fractura.
Desde el lugar donde nos encontrábamos, mirando hacia el pico Benou, volvimos a determinar la traza a realizar para el ascenso.
A la hora de bajar seguimos adoptando buenos hábitos. El día era estupendo, había transcurrido muy bien y no era plan de estropearlo. Aunque la estabilidad reinante comprobada en los test, hubiera permitido evitar ser riguroso en el descenso, todos accedimos a realizarlo como si la situación fuera diferente con el fin de aprender.
Al llegar abajo nos juntamos con el otro grupo de prácticas. Todos habíamos disfrutado del curso, no había nada más que mirar las caras de todos. El tiempo nos acompañó de buena manera, las condiciones, en un invierno difícil, resultaron inmejorables. El ambiente entre el grupo formado por gente dispar, que no nos conocíamos de nada y en el que se puede incluir a los formadores porque así lo condujeron, resultó inmejorable.
¡Es una gozada aprender disfrutando del entorno, del tiempo, del monte, del esquí, de la nieve y de los compañeros, en un curso como este!.
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