El tramo no ciclable hasta el Marrón del Toro es corto. Desde este punto hasta la loma de Champuyó, el camino mejora permitiendo rodar bastante, aunque hay puntos en donde hay que parar. Estos puntos de parada obligada serán menos dependiendo de la pericia del ciclista.
A partir de ese momento y tras un buen enlace hasta la pista de Fórcala solo nos queda disfrutar del cómodo recorrido.
Las vistas hacia todos los lados son espectaculares. Hacia el norte se observan las nubes agarradas a los picos más altos y en el Plano de la Sierra las ovejas buscan las matas para "acalorar". El sitio y la hora permiten que me de por comer algo, no hay prisa y el hambre hay que quitarla.
Tras la parada, pronto me zampé en la Collada Cornaval que da paso a un descenso largo y al principio vertiginoso con vistas a la Canal de Berdún, hasta que me desvié para acceder a la Foz de Biniés dejando la pista de Fórcala que me hubiese llevado hasta el mismo Berdún.
Después, otro desvío me da la opción de bajar a la Foz de Biniés por dos sitios, uno me dejaría en su parte alta, a la altura del aforo, y otro por el que decido bajar, me deja en la parte baja a la altura de la Pardina de Cillas.
La pista es buena, pero peor que la principal (la de Fórcala) y permite transitar bien, aunque alguna rodada resulta incómoda e incluso si te despistas, algo más.
Chaparros potentes hacen que decida parar para observarlos bien, creando un buen aliciente en la bajada, además de tener cada vez más cerca la canal de Berdún, el pueblo y la Foz de Biniés.
En unas pocas curvas pendientes me planté en la Pardina de Cillas. Al llegar a la valla que da acceso a la carretera observé un cartel informativo que en la parte alta no estaba ???
A partir de allí solo quedaba remontar el valle hacia arriba por la carretera hasta Ansó. Una parada para comer un poco de fruta en el puente de Santa Lucia mirando el río completaron un día redondo.
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