lunes, 24 de julio de 2017

BTT en Ansó. Circular por Barcarea, Paco de Ezpelá

Elia se acordaba que antes de irse de campamentos le prometí dar una vuelta con la bici más larga que la anterior por el Barranco de Ezpelá. El sábado 22 de julio por la tarde fue el día elegido para hacerlo y subir un trozo más por la pista de Ezpelá y alargar, tanto el tramo de subida por la pista como el tramo de bajada por camino.




Salimos desde casa y tras cruzar el Puente Veral por la carretera cogimos la pista de Ezpelá para recorrer el tramo elegido. Compartimos paseo con Maria Jesús y comentábamos lo bonito que es el Paco de Ezpelá, lo cerca que lo tenemos y como lo podemos disfrutar en cualquier época del año.




Pronto llegamos a la empinada entrada del camino. Esta forzada entrada que tenemos que hacer con la bici de la oreja es consecuencia de la ruptura del camino al hacer la pista, una ruptura puntual que no evita poder disfrutar de las lazadas que traza el camino hasta el Barranco de Barcarea.





Antes de empezar a bajar recordamos que ya habíamos estado por allí en otra ocasión. Era la primera vez que cogía la bici por el monte y también elegimos esta zona. Pero aquella vez dejamos las bicis escondidas, subimos caminando por donde ahora íbamos a bajar y entonces bajamos con la bici por la pista. Era más pequeña y no podía hacerlo como ahora bajando con la bici por el camino.





Como le pasa a muchos, incluido a mi, Elia me decía que se le hacía más fácil girar para un lado que para otro en las sucesivas lazadas con giros de 180º que tiene el camino. Se convenció de que eso era normal y que era un buen sitio para aprender a solucionar el problema, ya que el camino gira continuamente tras los tramos rectos en donde disfrutaba esquivando piedras y pequeños desniveles.





En cada tramo le preguntaba que tal iba, si le gustaba y si se le hacía corto como la vez anterior. Al ¡que pesau! habitual, seguía la pregunta rápida: ¿ya se acaba?, y al decirle que todavía quedaba un trozo respiraba aliviada. 






Conforme avanzaba la bajada y un poco antes de llegar al Barranco de Barcarea, me enseñaba los dedos de las manos y me comentaba que le estaba pasando como la primera vez que bajó con la bici por la pista. Se le cansaban de frenar continuamente pero le daba igual porque estaba "super" contenta de bajar por el camino con la bici.






En el Barranco de Barcarea, Elia sorprendió a un jabalí que campaba por allí. Aunque no lo llegó a ver si que escuchó como se escapaba monte adentro y me explicaba que pensaba que alguien subía por el camino y por eso se había parado. Le comenté que si no hubiera parado quizá lo hubiera visto y no hubo más comentario por su parte, lo que me hace dudar de si le hubiera gustado el encuentro o no....??




Al dar vista al Barranco de Ezpelá, Elia ya se situó y a la vez que comentaba contenta que ya sabía donde estaba, también expresaba su tristeza comentando que se acababa. 





Un poco de chapoteo en la fuente y una entrada triunfal en casa gritándole a su madre lo bien que lo había pasado completaron una tarde de sábado donde los dos disfrutamos de lo que habíamos visto y hecho.











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