Aunque no es muy habitual, la niebla llegaba esa mañana hasta Ansó. Pero en el arranque de nuestra ruta ya la dejábamos abajo. Pasada la ermita de Puyeta nos dirigimos hacia la Collada Marianico por camino conocido, ya que ese tramo ya lo habíamos recorrido otras veces ( ver entrada "Paseo por Puyeta. Ansó"). Pero a partir de ese punto el recorrido era totalmente desconocido para Elia.
Pronto llegamos a la Collada Repatauda, punto más alto de la circular preparada. Elia no paraba de comprobar el avance fijándose en el croquis que habíamos preparado la tarde anterior en casa. Ibamos bien y por el momento estaba todo controlado.
En la larga bajada hacia Fago, Elia iba preparando una "super-acampada" de seis noches en tienda de campaña por la zona. Una noche en cada uno de los puntos donde le había parecido un buen lugar para plantar la tienda. La verdad es que los lugares elegidos no estaban nada mal, Puyeta, Collada Marianico, Collada Repatauda, Collada Gato, Las Lomas y San Cristobal, e invitaban a hacerlo. En principio teníamos que hacerlo con su amigo Martín y sus papás, pero al final fue aglutinando gente y necesitábamos ponernos de acuerdo en fechas entre papás y niños mas de 20 personas por lo menos.
Mientras esquivábamos orugas de procesionaria por el camino, veíamos como la niebla continuaba de Fago hacia abajo y dejaba ver, justo justo, la Punta Altiva.
Pronto llegamos a San Cristóbal, y la visita a Casa Alejos era obligada. "Papá, seguro que Casilda te da una cerveza. ¿Podré jugar mientras te la tomas con Selma y Arbil?". No estaba equivocada, está claro que todo el que va a esa casa es muy bien recibido.
Tras un buen rato de agradable estancia y de juegos con sus amigas, Gerardo, Selma y Arbil se unieron a la excursión y decidieron completar la circular con nosotros por el GR recién arreglado.
Las tres amigas disfrutaron de lo lindo juntas y el completar la circular se convirtió en un juego más.
Un último vistazo al croquis para ver que habíamos realizado el recorrido correctamente terminó con un día de monte de lo más entretenido y con una compañía inesperada. El recorrido, las ilusiones, los juegos, el almuerzo y la compañía completaron el disfrute de un día por el monte, una vez más.
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