Viendo numerosos rastros de ardillas y escuchando las campanas de la iglesia con un sonido sordo, muy típico de los días de nevada, llego al punto donde me desvío del paco mientras vuelvo a tener buenas vistas de Ansó.
Subo por el cerro que da vista al barranco Acharón pasando los tramos donde más altura se gana casi sin darme cuenta y tirando fotos para todos los rincones.
La nieve sigue cayendo y el paisaje cercano resulta espectacular. Intentar ver un poco más allá resulta inútil y no precisamente porque tenga las gafas empañadas. Vuelvo a escuchar ruidos, pero ésta vez no son las campanas de la iglesia. Se trata de las esquilas de las vacas que se encuentran por el Vedau. El sonido también es sordo.
En un placentero paseo por el cordal que me lleva a la Collada de Minerva me encuentro con una de las vacas. No se quien se sorprende más, pero a ella se le ve tranquila y a gusto, y yo también lo estoy.
Cuando llego al cruce con el GR 15 decido bajar a Ansó ya que he dicho en casa que me iba un momento para sacar unas fotos y volvía enseguida. No me asomo ni a la Borda Catalán para no perder tiempo, y bajo todo lo rápido que puedo con algún resbalón que otro incluido por el "Trestallo".
Observo como los abetos de Minerva se van cargando de nieve,..., !esto pinta bien!.
Al llegar a la parte más baja, se nota que la nieve es más húmeda y hay trozos en los que ya se va transformando a "charpaleta". No obstante sigo gozando del paseo.
Al llegar al pueblo otra vez se pone a nevar, y me dan tentaciones de volverme hacia el Vedau, pero por un momento me entra la cordura y decido dar por concluido el paseo.
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