jueves, 7 de marzo de 2013

Esquiando por Ansó, Chinebral de Gamueta.

El sábado 2 de marzo quedamos Peyo, Javi, Jaime y yo para ir a esquiar. Yo era el que ponía la hora en función de los desayunos que tenía que dar temprano en casa. Con éstas, salimos a las 8:30 sin saber donde íbamos a ir. Ya en el coche decidimos ir al Chinebral, aunque era difícil encontrar nieve polvo, si tendríamos muchas posibilidades de elegir la bajada en función de lo que allí nos encontráramos.

 
 
El día era bueno y la cantidad de nieve también. No había nada más que ver la caseta de chapa que hay a la altura del Paso del Oso, o mejor dicho, su chimenea.
 
 
 
Las rampas de después de la caseta nos indicaban que seguramente tendríamos que utilizar las cuchillas en el lomo previo a la arista final.
 
 
 
Tanto fue así, que lo único que nos hacía no poner los crampones era la suavidad de la pendiente. Con mucho cuidado alcanzamos la brecha que nos hace quitar casi siempre los esquís para llegar a la arista cimera.
 

 

 
 
Peyo, Jaime y Javi se colocaron los esquís en la mochila y decidieron continuar así hasta la punta. Yo probé a ponérmelos en esta arista final y acerté. La nieve era la mejor que habíamos encontrado en toda la mañana para foquear, pese a comentarlo ninguno se quitó ya los esquís de la mochila, y Jaime me hizo la foto en la que parezco un bicho raro, ya que nadie subía con los esquís puestos.
 
 
 
Javi subía cantando por la arista siguiendo los pasos de Peyo. La cima estaba cerca y ya había ganas de empezar a bajar.
 

 
 
Mucha gente había elegido el día y el pico como nosotros y arriba, todo eran comentarios sobre la suerte que teníamos de estar ahí en ese momento, aparte de otros que nos hacían reír continuamente.
 

 
 
Antes de bajar, la anécdota del día. A Javi se le escurre una cuchilla al preparar la mochila, se cae por la pala y ya no volvemos a saber nada de ella. Si alguien se la encuentra....
 
 


 
 

En la bajada, la nieve aún permitía hacer muchas cosas. Todos disfrutamos de lo lindo eligiendo por donde queríamos bajar.
 
 
 
Una vez abajo seguimos disfrutando del buen ambiente y de la buena comida del Camping de Zuriza, donde nos atendieron a las mil maravillas, como siempre.
 




Jaime también ha escrito sobre esto en su blog.

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