miércoles, 6 de febrero de 2013

Esquí de montaña en Ansó. Chinebral de Gamueta.

Pablo, Jaime y yo decidimos despedir enero subiendo el jueves 31 al Chinebral de Gamueta. Llevaba desde el lunes sin helar por la noche y desde la salida la nieve estaba húmeda.

 
 
Al poco de arrancar desde el cargue de Gamueta, observamos el rastro de una liebre con la inconfundible forma de sus cagadas, una elipse descaradamente achatada.
 

 
 
Todo el tramo de bosque lo pasamos sin necesidad de quitarnos los esquís, ni siquiera en las barranqueras donde esta acción suele ser habitual.
 
 
 
Nada más salir del bosque nos enfrentamos a la rampa más fuerte del día, que superamos fácilmente al encontrarnos frescos. Al desaparecer el medio nublado que nos acompañó casi toda la jornada, aprovecho para echarle un par de fotos a Jaime en pleno esfuerzo.
 
 
 
Pasadas esas primeras rampas, avanzamos por las extensas lomas suaves que nos acercan a la arista final del Chinebral, ofreciéndonos nuevas vistas de los picos cercanos. Entre ellos destacan el propio Chinebral de Gamueta, la punta más alta del puerto ganadero de la Plana Diego conocido como el Mallo de Lacherito, Petrachema y la Mesa de los Tres Reyes.
 

 

 

Pronto llegamos a la brecha que parte en dos la arista del Chinebral y esta vez, pese al paquetón de nieve que hay, tenemos que quitarnos los esquís para pasarla.
 
 
 
Rápidamente llegamos a la punta en la que perdemos poco tiempo. En ese momento el nublado ha aumentado y preferimos bajarnos rápido, al menos hasta la brecha, para echar un bocado en el resguardo de las rocas.
 
 
 
En un momento que la niebla permite ver un poco más, observamos una grieta amenazadora en una de las caras del Mallo de Lacherito. Eso no nos frena la gana de comer, así que nos colocamos estratégicamente en las peñas de la brecha y, a resguardo del aire, disfrutamos de lo que nos echamos al cuerpo.
 
 
 
Parece que lo hubiésemos solicitado por escrito y nos lo hubieran concedido de inmediato. El sol vuelve a aparecer despachando las nubes para otro lado, con lo que, lo que comemos aún nos sienta mejor.
 
 
 

 
A partir de ahí solo nos quedaba bajar hasta el coche, no sin escuchar lo poco que le gusta a Jaime la nieve húmeda que, pese a su pesadez, nos permitía bajar aceptablemente.

 
 
 
 



domingo, 3 de febrero de 2013

Esquí de travesía en Ansó. Quimboa Bajo por Las Eras

El martes 29 de enero decidimos acercarnos hasta Zuriza y buscar una ruta segura para echar el día. José Antonio se unió a Pablo y a mí para disfrutar por el monte en un día despejado. La mañana del lunes aún estuvo nevando algo, por lo que nos encontramos una fina capa de nieve nueva.

 
 
Decidimos subir por el circuito de raquetas de Las Eras buscando la seguridad del bosque. Todavía nadie había abierto huella por la zona.
 
 
 

El cerro de Pinaré había sido castigado por el aire, lo que nos permitía elegir el recorrido evitando las grandes acumulaciones.
 
 
 
Todo el recorrido que nos quedaba hasta Quimboa Bajo se convertía en un balcón que nos permitía observar gran parte de la zona. Los tres mirábamos con interés toda la zona del Chinebral de Gamueta esperando ver alguna colada de nieve, ya que hasta ese momento no se veía ninguna y la temperatura del día, unido al paquetón de nieve que había, hacían pensar que podríamos ver alguna.
 
 
 
 
Conforme avanzamos José Antonio les echa una foto a unos sarrios que buscaban algo de comida en el lomo venteado de Pinaré. ¡Muchas gracias por mandarme la foto!.
 

 
 
Algún cambio de nieve hizo que José Antonio sufriera con algún incómodo zueco, pero se veía recompensado con las vistas que obteníamos al ir ganando altura.
 
 
 
 
Seguimos observando con interés todo lo que nos permite la vista. Hay mucha nieve por todos los lados y poca huella abierta. A partir de hoy y con las previsiones meteorológicas que hay, podremos pensar en ir probando alguna que otra cosilla.
 
 
 
Todo tiene muy buena pinta, da igual que miremos hacia la Gorreta de los Gabachos o que miremos hacia Chipeta, todo está redondo de nieve.
 

 
 
Una vez en la punta de Quimboa Bajo decidimos echar algo al cuerpo mientras observamos cada vez más coladas de nieve por las laderas del Chinebral.
 
 
 
Comenzamos a bajar y pese a que la temperatura ha subido considerablemente, pillamos una nieve más que aceptable por todos los lomos suaves de Pinaré. Al entrar en el bosque por la bajada del circuito de Raquetas de Las Eras la cosa empieza a cambiar y la nieve cada vez es más pesada. La parte final del bosque se convierte en pura supervivencia. A la pesadez de la nieve se une la necesidad de esquivar las ramas de las hayas dobladas y enganchadas en el suelo. Todo esto provocado por el paquetón de nieve que ha caído.
 

 
Pablo se ha convertido en un auténtico especialista en buscar la salida en los tramos de bosque. José Antonio y yo le seguimos como podemos, no sin algún que otro buen tortazo y los tres salimos a la carretera por fin enteros. Caña merecida en el refugio de Linza y para casa tan contentos.

 
 
 

 
 

 

 


jueves, 31 de enero de 2013

Por Berdoloquí con esquís. Ansó

El lunes pasado, mientras estaba acabando de comer recibí una llamada de Pablo. Me comentó si me apetecía ir a dar una vuelta con los esquís. Yo, no se muy bien porqué, le pregunté hacia donde quería ir, me dijo que igual dábamos una vuelta por Berdoloquí, ...¡vale voy!, le dije. En realidad me daba igual el sitio a donde ir.

 
 
Dejamos el coche en el aparcamiento de la Borda Chiquín y comenzamos a foquear por la trocha que nos lleva al Cubilar de Atanasio. No hacía frío y la nieve estaba húmeda en esos primeros tramos. Conforme íbamos subiendo ganábamos en vistas y observábamos como venteaba por las puntas más altas, mientras nosotros seguíamos cómodamente al abrigo del bosque.
 
 
 
 
Una vez en el Cubilar de Atanasio, decidimos remontar por el cerro que nos lleva al puntal más alto de Berdoloquí, en busca de los últimos rayos de sol del día.
 
 
 
La sombra, unida al aire del cerro, hizo que tuviese que ponerme ropa para no tener frío pese a estar en pleno esfuerzo de subida. Esas condiciones meteorológicas hicieron que nos encontrásemos con un tramo de nieve costra que para subir no nos influyó demasiado.
 
 
 
 
Antes de llegar al final del cerro ya nos iba entrando el sol. Ésto, unido a que el bosque volvía a protegernos y a que elegimos un tramo un tanto duro, por donde había habido unas cuantas coladas de nieve, para llegar arriba, hicieron que entráramos pronto en calor, aunque decidimos no quitarnos ropa ya que estábamos muy cerca de la punta y no había mucho tiempo que perder.
 
 
 

Antes de llegar arriba, la divisoria con Navarra nos ofrecía una vistas impresionantes con el sol de la tarde. En la punta, el aire no invita a estar mucho rato, aunque a Pablo aún le daba tiempo a probar la consistencia de las cornisas. Mientras, yo tiraba alguna foto desde ese mismo punto a la Mesa de los Tres Reyes.
 


 
 
 
Decidimos continuar por la divisoria, valle arriba para elegir el mejor cerro de bajada y completar así una circular hasta el Cubilar de Atanasio y terminar la tarde bajando por la trocha de subida hasta la Borda Chiquín.
 
 
 
 
La pista que sube desde Garde, apenas se intuye en alguno de sus tramos y avanzamos hasta que decidimos el punto de quitar pieles y disfrutar de la bajada.
 

 
 

 
En principio, tanto el lugar elegido como la cantidad y calidad de la nieve nos permiten disfrutar de la esquiada entre las hayas. Poco después y a lo largo de un tramo que se nos hizo más largo de lo que en realidad era, una nieve costra nos hizo sufrir más que otra cosa. El asunto, hasta el Cubilar de Atanasio, resultó difícil y aunque "lo blanco se esquía", no podemos decir que disfrutáramos con esa nieve.
 
 
 
Una vez en la trocha de ascenso, aunque la nieve estaba húmeda y pesada, resultó mucho más llevadero que el tramo anterior. 
Rápidamente llegamos al coche, y salvando esos tramos de nieve costra que hicieron difícil el descenso, disfrutamos de un paseo con esquís por el valle de Ansó, además de unas vistas espectaculares en toda la divisoria hacia todos los puntos que dirigíamos la vista.