No sabía muy bien donde ir, pero lo que tenía claro era que la parte intermedia del valle era la que tenía más números ya que durante los últimos días al bajar de trabajar desde Zuriza era allí donde los ojos me hacían más "chirivitas".
Me acerqué con el coche hasta Zabalcoch, ya que allí las posibilidades son muchas, y arranqué por el camino de la Borda Chimena. Elegí ese camino por su orientación, sabía que mientras estuviese el sol lo iba a aprovechar al máximo.
Conforme me acercaba a la Borda Chimena e iba ganando cota, el horizonte se ampliaba y las vistas también. Aunque mirando de cerca aún se encontraban cosas apetitosas.
La Borda Chimena y su entorno siempre resultan espectaculares. Todo lo que se ve alrededor permite subir hasta la Collada Maidoguí casi sin enterarte, pese a que es ese corto tramo, quizá el más exigente de la tarde.
Una vez en la Collada Maidoguí, decidí bajar hacia la Fuente del Codero en lugar de bajar por el Cerro Maidoguí hacia la Loma Paulín como es lo habitual para bajar directo a Zabalcoch. Existe un camino señalizado que prácticamente no se utiliza, que empalma la Collada Maidoguí con el Cerro Archincha en apenas 10 minutos a la altura de la Fuente del Codero.
No es complicado cogerlo aunque la bajada por la tasca sin traza desde la collada puede resultar confuso. No obstante, hay un cartel que permite orientarse, además de una mostajera (Sorbus aria) grande visible desde la misma collada que justo indica la entrada del camino.
Ese tramo puede resultar muy interesante como acceso al camino de Zabalcoch a Zuriza para los escaladores que, llegando a la Collada Maidoguí tras haber escalado las vías de la zona de Espelunga y Tresveral, descienden hasta Zabalcoch para luego remontar por carretera hasta donde tengan el coche aparcado. Pueden ahorrar muchos pasos y tiempo en la vuelta a buscar el vehículo de una manera cómoda.
En ese tramo de camino aún me daban los últimos rayos de sol y, pese a encontrarse limpio, la abundante hierba que crece sin que nadie la chafe, permitió entretenerme con la cámara además de generarme cosquillas en la cara al abrirme paso.
Tras un último vistazo a la Collada Maidoguí desde el Cerro de Archincha, solo me falta echarme ladera abajo hasta la Fuente del Codero y coger el camino hacia Zabalcoch.
Con el sol escondiéndose, aún me entretuve en coger unas setas para la cena, y pese a ello llegué con luz al coche. Parece mentira pero eso no suele ser lo habitual, ya que el entretenimiento por el monte normalmente se traduce en que eso no ocurra y llegue casi siempre, apurando entre algún que otro tropezón, a oscuras.
Seguramente queden días otoñales en este mes de noviembre para dar buenos paseos, pero este, con las condiciones de ayer, ya no me lo quita nadie.
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