viernes, 6 de octubre de 2017

Circulares desde Ansó. Fago y Puyeta

El pasado fin de semana en Ansó amaneció con un tiempo otoñal, gris y lluvioso. El sábado por la mañana llovía de forma continua y no apetecía salir al monte. Después de comer paró de llover y aunque seguía muy gris decidí salir a dar una vuelta.




La cosa no se veía muy segura, pero no era mal momento para grabar el track de alguno de los recorridos de la Marcha Senderista de este año prevista para el 22 de octubre próximo. Como siempre, antes de que llegue la fecha del evento, el Club de Montaña Linza, empieza con la organización de la prueba para que, al menos, lo que no hay que improvisar, esté controlado. 




Cuando llegué a la Ermita de Puyeta, que es hasta donde llega el recorrido corto, decidí arriesgar y hacer el largo. Tenía el tiempo justo, pero si apretaba un poco me daba tiempo de hacerlo y si la suerte no fallaba no me mojaría.




Desde la Collada Repatauda iba dejando atrás la Ermita de Puyeta y cambiando de vertiente tenía una suave bajada hasta Fago. En ese descenso suave y tranquilo, y cuando más relajado estaba me llevé un buen susto al torcerme un tobillo en un mal paso. No me atrevía ni a parar y poco a poco fui probando a apoyarlo cada vez más fuerte y, pese al miedo que llevaba, la cosa mejoró.




Tras unos cuantos trotes comprobé que el tobillo respondía y sin darme cuenta me planté en Fago. Después de llegar a la Ermita de San Cristobal aún me dio tiempo a dar una vuelta por las calles y echar unas cuantas fotos. 




Después de la rápida visita a Fago, aun quedaba la vuelta hacia Ansó, así que no había tiempo que perder.




Pille el GR en dirección a Ansó y desde la Loma Escalerilla me eché por el Barranco de Ezpelá hacia casa.




Justo cuando llegaba se encendían las luces de las calles y ya había completado el track del recorrido largo y sin mojarme. Tarde bien aprovechada en un sábado que no tenía ninguna buena pinta de cara a salidas por el monte.








El domingo también amaneció gris pero sin lluvia. Solo me quedaba grabar el track del recorrido corto y completaría una pequeña aportación al club para la marcha de este año, así que, sin demora, salí hacia Puyeta un rato antes de comer.




Igual que el día anterior, la suave temperatura, unida a la humedad reinante, hacía que el sudor empapara la camiseta de forma que no resultara agradable pararse para disfrutar de las vistas. Aún así resultaba tentador y se podía perder un poco de tiempo.




Mientras que el ascenso se realiza por el Barranco de Usarna, la bajada se hace por el de Ezpelá, completando una circular sencilla junto al pueblo que, sin duda, va a mejorar en colorido para las fechas de la Marcha Senderista por el lógico avance del otoño y eso que ya empieza a notarse algo su llegada.




Un precioso tramo de bosque de cuento por el Paco de Ezpelá me llevó hasta la antigua tejería antes de llegar a casa para comer. Otro recorrido para tener en cuenta en cualquier ocasión.









Toda la información sobre la XIII Marcha Senderista Otoño Valle de Ansó, (recorridos, avituallamientos, inscripciones,...) se puede consultar en el siguiente enlace:













viernes, 29 de septiembre de 2017

Perdiguero por Estós. Benasque

El pasado 21 de septiembre era festivo local en Ansó. Comenzaban las fiestas por San Mateo y aunque había ganas de fiesta, también me apetecía salir un poco. Decidí irme a Benasque el miércoles por la tarde para aprovechar el jueves subiendo al Perdiguero.




El jueves por la mañana dejé el coche en el aparcamiento de Estós y comencé a caminar por el valle del mismo nombre hacia la Cabaña de Turmo en una mañana fresca y un cielo despejado.




Sabedor de que el objetivo estaba lejos, tanto en distancia como en desnivel, no me entretuve mucho por el camino. La fresca mañana y la sombra del fondo de valle ayudaron a avanzar con rapidez. El último tramo empinado de bosque que discurre junto al Barranco de Perdiguero me plantaron a la vista de la Coma de Perdiguero.




Dejando atrás los suaves pastos donde las vacas y yeguas parecían estar a gusto, me planté en el Ibonet de Perdiguero donde lo que ya predominaba era el granito. Desde ese momento encontrar tasca por ese territorio era todo una lotería.




A resguardo del Perdigueret, pronto llegué a la Collada Ubago, desde donde la vista se iba al Ibón Blanco de Literola. Los mojones me iban llevando entre la inmensidad de bloques de granito hacia el Hito Oriental del Perdiguero, retomando de nuevo las vistas hacia Estós y al camino recorrido.




Desde el Hito Oriental del Perdiguero ya quedaba a la vista la cima y objetivo del día. Estando allí me viene a la memoria una vieja y mala experiencia vivida en esa zona. Hacia el año 82, (si si, el del mundial de España) contaba con 14 años y una tormenta me pilló en esa zona. Me abracé con toda la fuerza que pude a uno de esos bloques graníticos sin quitarme la mochila porque pensaba que iba a salir volando. Allí aguanté agua y granizo, no se el tiempo que estuve, pero se me hizo eterno. En que aflojó la tormenta, y aún teniendo el pico a la vista, decidí largarme de allí y dejar el pico para otra ocasión. No se si será por esto, o por casualidad, pero nunca más me ha pillado una tormenta en una arista.




El día no se parecía en nada al que estuve recordando y las vistas desde el pico se alargaban por todos los lados. Hacia las Maladetas, hacia el Posets, Batiselles, Perdido, Vignemale, ...




Una media hora en la punta del Perdiguero me dio para disfrutar de lo lindo mientras echaba un bocado. Pero aún quedaba la vuelta y no había más tiempo que perder.




Poco a poco desanduve lo andado y fui bajando por la misma ruta hacia el Valle de Estós.




Una vez había bajado por el Barranco de Perdiguero decidí volver hacia la Cabaña de Turmo aunque alargara un poco más que por La Coma que me hubiera dejado en la Cabaña de Santa Ana. Iba bien de tiempo y además tendría mas sombra por la pista de Estós.




Aproveché para disfrutar de las espectaculares cascadas de las Gorgues Galantes, ya  que por la mañana apenas había parado.




Un buen trago de agua en la Fuente Coronas me ayudó a llegar más fresco al aparcamiento donde una espectacular mesa de granito también ayudó a disfrutar de una buena comida. Día espectacular en una jornada redonda, donde ya podía venir la borrasca prevista para el día siguiente que yo me iba a seguir disfrutando, esta vez, de las fiestas de Ansó.