lunes, 19 de mayo de 2025

Barranco La Loma con esquís de travesía. Hecho

 El pasado 15 de marzo quedamos con Peyo para ir a esquiar. La previsión hablaba de nubosidad abundante en la divisoria con tendencia a despejar conforme avanzase el día. Esas cosas, en nuestra zona quiere decir que no está nada claro si esa mejoría llegará o no.




Decidimos acercarnos hasta Guarrinza para ver si teníamos suerte y buscando el Barranco de La Loma, alejándonos todo lo posible de la divisoria, podíamos salvar el día. 




Cuando salimos de Ansó, el fondo de valle era casi mejor no mirarlo. Al llegar a la Escarroneta (alto entre Ansó y Hecho) daban ganas de darse la vuelta. Pero seguimos hacia Guarrinza sin tener nada claro lo que nos iba a deparar el día.




El nublado y el viento fueron amainando poco a poco y el frío se mantenía, con lo que las pocas esperanzas matutinas se iban transformando y lo cierto es que daba gusto abrir huella por una zona tan placentera y con una nieve tan fría y ligera.




Poco a poco fuimos ascendiendo y llegamos hasta lo que en algunos mapas nombran como Anatera Alta o La Ñetera. Hubo un momento de duda para bajar por una zona u otra, pero después de unas comprobaciones decidimos realizar la bajada directa. 




La nieve se mantenía seca y ligera con la temperatura fría reinante y estas condiciones permitían hacer todo lo que quisiéramos de forma fácil y sin esfuerzo. Vamos, todo lo que soñamos muchas veces y que rara vez se cumple.




La calidad de la nieve se mantuvo hasta el final. Esto añadido a que prácticamente terminó despejándose, nos permitió disfrutar desde el principio hasta el final de la bajada. 
 



Un día en el que la frase más repetida fue: "...si nos llegamos a quedar en casa...". Disfrute desde el principio hasta el final, la compañía, la traza de subida y el descenso completo jabalineando hasta el coche lo poco que habíamos porteado por la mañana, nos permitió concluir que había sido uno de los mejores días de la temporada.







domingo, 20 de abril de 2025

Los Pilones. Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos. Valle del Jerte

 El pasado 6 de febrero y aprovechando un viaje de formación que realicé a Monfragüe, saqué un rato para descubrir que era aquello de "Los Pilones".




Para ello me acerqué hasta el Valle del Jerte. Una vez allí, me dirigí al Centro de Interpretación de la Naturaleza ubicado entre las localidades de Jerte y Cabezuela del Valle, que es donde empieza la ruta de Los Pilones, dentro de la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos.




Las posibilidades de hacer rutas en la zona son grandes y están bien señalizadas. Yo opté por realizar una corta ruta lineal que me llevara hasta "Los Pilones" directamente.




"Los Pilones" resulta ser una zona donde la erosión fluvial, a modo de centrifugadora en la roca granítica, crea unas formaciones redondeadas que llaman la atención por su belleza.




Como he comentado todo el recorrido está balizado, existen numerosos carteles que explican este tipo de formaciones, además de facilitar información de la flora y fauna existente en la zona. Vamos, una maravilla de paseo.




En el recorrido, además de estas espectaculares y llamativas formaciones del río, me llamó la atención el bosque de roble melojo, que ya empezaba a brotar y el bosque de ribera al acercarme al río con abundantes alisos y fresnos, además de una abundante avifauna asociada a ese hábitat. En un momento localicé agateadores, pinzones, palomas torcaces, carboneros, trepador azul, mirlo, lavanderas y herrerillos.




Hasta llegar allí, no dejan de llamarme la atención los aterrazamientos de las laderas, es algo común en todos los sitios, desde el Himalaya a los Pirineos. Aquí incluso recuperan antiguos tramos de terrazas antiguas y en desuso con el fin de aumentar la producción de cereza. No quiero imaginar como estará esto en primavera, no me extraña que tenga tanta fama la floración de los cerezos del Valle del Jerte.


El bosque, los caminos, las terrazas de cerezos, la flora, la fauna, el paisaje y sobre todo el río, hacen de este corto paseo una maravilla para los sentidos. Totalmente recomendable. 

No dispongo del track, pero no hay ninguna dificultad en localizarlo tanto en páginas y folletos oficiales o rutas de particulares.


lunes, 24 de marzo de 2025

Senda de Izarbe, Caldearenas

 El pasado 3 de febrero me acerqué a Caldearenas para dar un paseo por la Senda de Izarbe. Me habían comentado la existencia de esta senda y tenía curiosidad por ver que es lo que allí había.




El día estaba como de primavera aunque era pleno invierno, es decir, como muchos de los que ha habido este año. Desde el mismo pueblo hay señalización que te indica hacia donde hay que dirigirse.




Hasta que no se cruza el pequeño puente peatonal del Río Matriz el sendero sigue la glera del Río Gallego. A partir de ese punto, y tras pasar por debajo de las vías del canfranero, el camino se echa al monte.




El camino sigue la antigua cabañera que unía Caldearenas con Anzánigo realizando alguna pequeña entrada-variante por los barrancos que atraviesa.




Durante todo el camino hay multitud de cosas que llaman la atención, pero una de las cosas que mas me gustó fueron los tramos empedrados del camino que le dan autentica solera, como corresponde a una cabañera. Estas veredas son auténticos bienes patrimoniales que tenemos y que por nada del mundo hay que dejarlas perder.




Por el recorrido hay unas vistas preciosas de la cara sur de la Peña Oroel y, parece que la senda termina en una preciosa paridera rodeada de unos grandes totems de colores, creo que se llaman así. Esta paridera es un Centro de Interpretación de la Vida Pastoríl que el día en cuestión estaba cerrado.




Como existe la posibilidad de alargar un poco el recorrido, y viendo lo majo que es ese monte, no dudé en ver un poco más. Me acerqué hasta lo que llaman el Centro Fotográfico Pastoril, que resulta ser otra borda, pajar o paridera bien maja con losas de piedra en el tejado.




Vi la opción de bajar por una pista forestal en lugar de descender por el camino de subida. La pista me dejó en las vías del tren. Las crucé y seguí en busca del Río Gallego también por pista, hasta un vado que no crucé. Allí me di la vuelta y fui en busca de la cabañera para volver a Caldearenas.



Por el camino vi muchas trazas de animales que entraban y salían del bosque y lo cruzaban hacia el río. No entiendo de arte, con lo cual no me atrevo a opinar sobre lo que allí hay. Cierto es que llama la atención, pero yo me quedo con la cabañera, los rastros, los bojes, el río, los barrancos, los robles, las vías del canfranero, las areniscas y los saltos de agua entre ellas, la ribera del Gállego y el mismo Caldearenas. Un lugar para volver y completar la cabañera hasta Anzánigo.