sábado, 11 de julio de 2015

Circular por la sombra de Ezpelá. Ansó

El sábado pasado nos fuimos al Paco de Ezpelá Martín, Sonia, Miguel, Elia y yo. La intención era dar un paseo antes de comer. Decidimos ir con coche hasta la tejería para evitar el aburrido y soleado tramo de pista llana que separa el pueblo de dicho punto. Además el calor era considerable lo que también justificaba la aproximación en vehículo y sobre todo pensando en la vuelta hacia el mediodía.




Salvados los primeros tramos soleados pronto nos vimos acogidos por las frescas sombras del paco. En los tramos donde había claros en el bosque las hierbas altas hacían que Martín no se encontrara cómodo. Es lógico, justo les llegan a la nariz y los ojos y solo hay que probar a agacharse un poco para darse cuenta de que sus protestas resultaban bastante lógicas. 




Pasados estos tramos y quitándonos alguna incómoda piedra de los pies todo fue sobre ruedas por los caminos de uno de los muchos bosques de los que podemos presumir por este valle. Lástima que no se encuentren señalizados, y sin mucha voluntad de hacerlo, ya que eso contribuiría a un fácil y sencillo mantenimiento.




Descartamos la opción de dar la vuelta por la parte sur del paco ya que, además de más larga, la exposición al sol era mayor y el día era realmente caluroso, así que decidimos aprovechar las sombras y disfrutar del paseo.




Cada uno disfrutaba a su manera, pero los que desbordaban imaginación eran Martín y Elia. Tan pronto un palo se convertía en una guitarra, como encontraban lapiceros de los hombres prehistóricos que lógicamente había que llevar a casa, en la mochila de papá claro.




Pese a que el calor seguía, las sombras y los caminos alucinantes daban para carreras y emboscadas. No solo eso sino que de repente Elia y Martín encontraron unos "palos mágicos" que, en ausencia de la señalización comentada del camino, nos iban indicando el recorrido por dentro del bosque, marcándonos los giros con movimientos específicos, ¡que suerte!.




Entretenido paseo, junto al pueblo e ideal para días calurosos como los pasados, donde la naturaleza permite disfrutar a todos sin excepción. Un buen trago de agua en Barcarea puso fin a la excursión.



Para los que no sepan manejar los "palos mágicos" indicadores del camino en el siguiente enlace os dejamos el track para que podáis disfrutar de este itinerario. 






domingo, 5 de julio de 2015

Francàs-Roda de Berà-Roc de Sant Caietà en BTT

El fin de semana pasado volví a Comarruga a buscar a Elena y Elia que habían disfrutado allí toda la semana de la playa. El domingo por la mañana, antes de pensar en el viaje de vuelta a Ansó, volvimos a dar otra vuelta en bici con Jesús.




Estábamos en la primera ola de calor del verano y se dejaba notar ya a las ocho de la mañana.
Esta vez decidimos aventurarnos por un camino desconocido y allá que fuimos a ver donde nos llevaba. Tras cruzar la vía por un paso subterráneo nos pusimos en paralelo a ella. Supusimos que íbamos por algún tipo de canalización de agua soterrada, por los pivotes que veíamos continuamente en el trazado.




Tras unos titubeos, nos encontramos en el acceso a Roda de Berá. Volvimos a dudar y al final intentamos llegar a un mirador adentrándonos en el Torrent de Cal Setró. Curioso resultaba ver que el barranco también era una de las calles del pueblo donde se veían señales de prohibido aparcar por riesgo de inundación. 




Contrastaban los viaductos modernos con los más antiguos. Pero las sombras de ambos se agradecían de igual manera. Eso sí, la sensación del paso del AVE a trescientos por hora por encima de nosotros, tampoco nos dejó indiferentes.




Una valla de obra nos impidió llegar al mirador. Nos dimos la vuelta para ver si podíamos acceder por otro lado y una cadena cerraba una pista. Además había un cartel de "cuidado con el perro" y escuchábamos los ladridos a lo lejos lo que nos indicaba que igual no era un farol. 




Después de todo esto y con el calor apretando, decidimos ir a lo fácil. Nos echamos barranco abajo en busca de la playa y, como dijo Jesús, lo hicimos en plan "Verano Azul" con "Tito" y "el Piraña".




Buenas vistas nos acompañaban y tras varias embarcadas terminamos disfrutando de un agradable paseo atravesando el Roc de Sant Caietà.



El método de prueba y error resulta infalible para aprender. Lo pusimos en práctica y seguro que la próxima vez completamos un recorrido "acojonante".


viernes, 26 de junio de 2015

Paseo en BTT por Comarruga, Sant Vicent de Calders y el Vendrell. Costa Dorada

Aprovechando una escapada a la playa y con la excusa de que no me gusta la arena, me junté con Jesús el domingo pasado y nos fuimos a dar una vuelta con la bici por los alrededores de Comarruga donde teníamos el "campamento base".




El año pasado, aprovechando que no estaba Jesús, le cogí la bici prestada y me di una pequeña vuelta por Torredembarra y me gustó. Pensé en llevarme la bici la siguiente vez y ha sido todo un acierto.




Jesús ya se ha dado sus buenos paseos por la zona y prueba de ello es la ruta que me había preparado. Realmente me tenía que gustar por fuerza ya que había de todo, carretera asfaltada, pistas, tramos de hormigón, caminos, pasos subterráneos, .... en fin, no podía fallar.




Después de dejar la carretera asfaltada entramos en una zona de caminos entretenidos con ciertas pendientes intensas pero cortas. El paisaje acompañaba y descubría cosas nuevas para mi.





Los muros junto a los caminos siempre resultan bonitos allí donde estén. Esta vez se entremezclaban con abundantes viñedos, ... de cava, ¿supongo?.




El paso por Sant Vicent de Calders no me dejó indiferente. Una fuerte rampa hizo que disfrutara cruzando el pueblo. Realmente se disfrutaba por que el piso estaba hormigonado, de otra forma hubiera sido difícil o más bien muy difícil mantener el pedaleo. También pensaba en que no era zona de hielos invernales por que sino, el mantenerse en pie por esa calle también tenía lo suyo. Los relojes de sol en numerosas fachadas también me llamaron la atención.




Tras otro tramo entretenido de caminos rodeados de masías, unas en uso y otras abandonadas, tocaba el ascenso del día. Subimos hasta una antena por un camino, al principio de tierra y luego, donde la pendiente se acentuaba, hormigonado. Echamos un trago de agua, una foto y para abajo.




Jesús me quería enseñar una zona de escalada que descubrió en uno de sus múltiples paseos por la zona y de paso entramos por un barranco en dirección a Albinyana (...creo) hasta una valla cerrada. El recorrido que realizamos de ida y vuelta me encantó. Entramos en un bosque mediterráneo que se regeneraba a marchas forzadas tras los evidentes incendios que le habían afectado a lo largo del tiempo.




Tras salir del barranco y disfrutar de lo que allí había visto, cruzamos el trazado del AVE, también la autopista y nos dirigimos hacia la urbanización Más Borras, y de allí con vistas al mediterráneo acudimos hacia unas cervezas frescas y a la sombra cuando el calor ya se dejaba notar.


Ruta variada y entretenida para repetir, aunque visto lo visto, habrá que seguir descubriendo y probando itinerarios por la zona porque realmente merece la pena.