viernes, 10 de enero de 2014

Pico Anayet-Punta Espelunziecha-Pico Espelunziecha Oriental con esquís.

Esta mañana, Pablo y yo hemos salido temprano de Ansó con la intención de ir al Pico Anayet. Hacia allí nos hemos dirigido, llegando sobre las nueve de la mañana al prácticamente vacío aparcamiento de Anayet de la estación de Formigal.




Hemos subido por las pistas de la estación en dirección a la Glera de Anayet. El rehielo nocturno que hacía días que prácticamente no existía, nos ha permitido mantener altura a media ladera en dirección a los Llanos de Anayet. Por este tramo nos hemos tropezado con las consecuencias de la fusión de la nieve de estos días pasados.



Una vez en el llano y, tras cruzar los ibones, ya tenemos a la vista nuestro objetivo. Antes de tomar las rampas para llegar al Cuello de Anayet decido poner cuchillas, ya que las pieles viejas no me permiten avanzar con la comodidad y seguridad que a mi me gusta. Aprovecho para echar un trago de agua y comerme un plátano y cuando me doy cuenta Pablo está a punto de llegar al collado.




En el collado dejamos los esquís y damos paso a los crampones para alcanzar nuestro objetivo. Las vistas que tenemos de los alrededores ya nos gustan desde éste punto, aunque sabemos que vamos a disfrutar más de las que veamos desde éste pico tan aéreo.





Las cadenas colocadas a modo de pasamanos en los puntos más delicados nos vienen muy bien para progresar mejor. Avanzamos con cuidado para remontar hasta la punta.





Una vez arriba, perdemos poco tiempo, eso sí, nos recreamos con todo lo que tenemos alrededor. Subiendo hemos disfrutado. Nos hacemos la típica foto de cima y nos disponemos a disfrutar bajando con mucho cuidado.





Otra vez el paso delicado se ve muy favorecido por la instalación de las cadenas y bajando seguimos disfrutando de las vistas. En el descenso localizamos una pequeña ruptura en el borde de uno de los ibones, decidimos ir allí y aprovechar que podemos coger algo de agua para comer un poco. Pablo saca dos bocatas con muy buena pinta, por lo que deduzco que él no ha tenido nada que ver en su elaboración. Confiesa y comparte los bocatas. 




Después de echar el bocado, decidimos volver a poner las pieles y subir a la Punta de Espelunziecha. Al llegar arriba, vemos con muy buenos ojos la bajada directa hacia la Glera de Anayet. La nieve está en un buen punto de transformación y decidimos aprovechar el momento, eso sí, después de la foto de rigor en la Punta de Espelunziecha.



La bajada es brutal, hasta el punto que nos animamos y decidimos dirigirnos hacia el Collado de Espelunziecha poniendo otra vez las pieles y remontar hasta el Pico Espelunziecha Oriental.




Otra vez foto de cima y ya decidimos quitar la pieles definitivamente para, a través del Barranco de Culibillas, descender hasta la estación en el momento que el sol se esconde entre las nubes y el aire, ausente durante todo el día, comienza a dejarse notar.




Hemos completado un día redondo de esquí en el monte que, al menos a mí, ya me hacía falta después del parón de la actividad en los días pasados de la navidad.


domingo, 29 de diciembre de 2013

Mazandú desde Zuriza con esquís. Ansó

El domingo 22 quedamos José Antonio, Pedro y yo para dar un paseo matutino con los esquís. Pedro y yo teníamos comida familiar en el Campig Zuriza y José Antonio la tenía en Ansó. Decidimos acudir al siempre socorrido Mazandú, motivo por el cual se animó Pedro, ya que había estado mucho tiempo sin esquiar.



La mañana era despejada y la nieve caída el día anterior que se mantenía sin apenas transformación, debido a la baja temperatura, cubría toda la pista que lleva hasta Tachera.



El tramo de bosque estaba totalmente cubierto pero en absoluto sobraba nieve, así que al llegar al final de éste, y para remontar hasta la paridera de arriba, decidimos seguir por la pista para aprovechar el talud. Ya vimos que la nieve andaba algo justa (siendo optimistas) pero decidimos seguir con el paseo porque nos encontrábamos por el monte tan a gusto.




Hicimos un alto en el collado antes de descender al barranco de Mazandú para cruzarlo y ya teníamos claro que en la bajada tendríamos que ir buscando las vaguadas ya que lo demás estaba casi para que pastaran las ovejas.




En el ascenso notamos como la frialdad de la mañana desaparecía, dando lugar a un notable subidón de temperatura conforme avanzaba el día. 

  


También nos dimos cuenta que justo cuando íbamos a llegar arriba todo se estaba nublando por momentos y que no íbamos a poder almorzar al sol. Toda esta situación también llevaba a una rápida transformación de la poca y venteada nieve que allí había.




Aunque sin sol, no dejamos de echar un bocado, pero rápidamente quitamos pieles y nos echamos ladera abajo con una esquiada de supervivencia por lo justa y húmeda que había quedado la nieve con el cambio de tiempo.



Tras cruzar el barranco y remontar hasta la pista José Antonio decidió adelantarse ya que aún tenía que bajar hasta Ansó y la hora de la comida se acercaba peligrosamente. Pedro y yo nos lo tomamos con más calma ya que habíamos quedado a comer en Zuriza y además, el tiempo de inactividad de Pedro había hecho mella en sus piernas en una esquiada por Mazandú fuera de lo normal y no precisamente para bien.


No obstante, llegamos al Camping de Zuriza con abundante gana de comer y dando buena cuenta de lo que en los platos nos pusieron. Aunque no se puede resaltar la esquiada, si que se puede destacar lo bien que nos lo pasamos por el monte, lo buena que estaba la comida y el buen ambiente en el que nos encontramos a lo largo de toda la jornada.



lunes, 23 de diciembre de 2013

Vuelta al Soum Couy con esquís

El martes pasado, fuimos con Pablo a buscar la nieve francesa. Nos dirigimos a la estación de La Pierre San Martin-Arette con la idea de rodear el Soum Couy. El día salió con el sol un poco velado, pero estaba bastante aceptable.



Entramos por la estación cruzando por el Boulevard des Myrtilles hasta la silla que lleva al Soum Couy, a partir de allí nos adentramos en un laberinto de agujeros, simas, grietas, dolinas,... propias del paisaje kárstico en dirección al Pas de L´Osque.




Para salvar el Pas de L´Osque tuvimos que perder muy poca altura con respecto al GR 10, ya que la nieve permitía realizar flanqueos con cierta seguridad.



Con bastante buena innivación y con un buen abanico de tipos de nieve nos dirigimos hacia el Pas D´Azuns a través de un pequeño valle precioso. Una vez en el collado echamos un vistazo al mapa y un bocado ligero, con trago, para reponer fuerzas.



Tras un pequeño destrepe para aprovechar al máximo el terreno esquiable, nos echamos hacia abajo por una nieve primavera que nos hacía olvidar las costras potentes que habíamos ido viendo hasta llegar allí. No sin titubeos, y más por mi parte, bajamos definitivamente hasta la Cabane du Cap de la Baitch. La borda es espectacular. Además de la edificación, apoyada en una gran roca, y la teja de madera como solo había visto hasta ahora en la Borda Chimena, el entorno que rodea a la caseta resulta mágico.




Además de disfrutar de la caseta y su interior, con unas condiciones para pernoctar extraordinarias, nos sorprende las vueltas que ha dado un oso por sus alrededores en busca de quien sabe qué, dejando sus huellas en la nieve.




Tras darle la razón a Pablo en su afán por bajar hasta la caseta, ya que había merecido la pena por todo, nos toca la remontada más importante del día en dirección al Col de Anies con vistas al Pic de la Countende, dejando atrás Les Orgues de Camplong, grandes murallones que resguardan un precioso bosque, donde seguramente se esconda a sus anchas el oso que por allí había paseado.




Tras cruzar un gran agujero, decidimos quitar las pieles y aventurarnos en el segundo laberinto del día bajo un cielo más que gris. Una única huella de esquís reciente nos va guiando a través de múltiples agujeros y grietas hasta las pistas de la estación como por arte de magia sin tener que remar hasta el final y que, con una corta escalereta, nos coloca en la estación por donde esquiamos hasta el coche.




Día completo donde hemos elegido las mejores zonas para esquiar y hemos evitado las siempre incómodas costras que en este día eran bastante abundantes. Nos volvemos a Ansó con buenas sensaciones por lo que hemos visto, pese a no haber subido a ningún pico de la zona.